sábado, 23 de agosto de 2008

Delirio dorado en el sur


Por GDE
Especial para El Nuevo Día

Buenos Aires-El local es diminuto, con algunos clientes y varios empleados embelesados con el único televisor que cuelga sobre la entrada. Afuera apenas pasan los carros.

Son la 1:15 de la mañana en la esquina de la calle Frías y la Avenida Corrientes en el barrio de Villa Crespo. Aquí la única voz que se escucha es la del locutor televisivo que narra cómo se mueven los jugadores argentinos y nigerianos en la final de fútbol por el oro en Beijing.

En otros puntos de la ciudad hay pantallas inmensas instaladas en discotecas, televisores de plasma en restaurantes de lujo, casas atestadas de amigos que siguen paso a paso el partido contra los africanos.

En la Panchería Karnita´s hay tensión. Pero un reggae de Bob Marley calma los ánimos de los clientes que entran y se ubican en el medio del único pasillo del sitio para ver la televisión. Irónicamente el lugar parece territorio africano. Las paredes verdes, similar al uniforme de los nigerianos y varios rastas argentinos podrían ser un mal presagio para un partido que comienza lento.

El primer tiempo pasa sin mucha reacción de los fanáticos que no pestañean ante los pases y los intentos de ambos equipos por meter un gol. La defensa es el plato fuerte de los dos. El calor sofocante de un medio día en China dilata el partido. Los jugadores tienen que parar para hidratarse. El juego parece en cámara lenta. Pasa poco. Y en la Pachería Karnita´s sólo se escuchan algunos zapateos contra el piso y gritos de fanáticos que desquitan su coraje contra algún jugador argentino que pierde la bola. “!Boludo!” “Noooo”, se oye de los fanáticos más concentrados.

A punto de estallar

En la vellonera Bob Marley sigue endulzando el ambiente a punto de estallar. Dos hombres que miran desde atrás el partido, aprovechan para quejarse en el intermedio del primer tiempo. “Si estos chinos se lo inventan todo. ¿Por qué no se hicieron una lona para tapar esta cancha”, dice uno. “Que hincha pelotas que son… Mira esa cancha que espanto”, se queja otro de la grama seca en el parque oriental.

Los locutores televisivos lo resumen de una: “No se entusiasmen. No hay mucho. Aquí hacemos el aguante”. Es la 1:00 de la tarde en Pekín y 2:00 de la mañana en Buenos Aires. El único sonido que domina el local es una licuadora encendida en la pequeña barra. Uno de los empleados fuma. Dos chicas no paran de hablar cerca de la puerta y un nuevo cliente llega y pide una cerveza.

Comienza el segundo tiempo. Al parecer tan lento como el primero. Pero una distracción del equipo nigeriano cambia el rumbo de la madrugada.
-Vamos ché. Vamos. Vamos seguíla, grita uno de los empleados del local, mientras Messie le pasa la bola a Di María y apunta su histórico gol.

Vamos loco

Todos se apretujan contra el televisor.Encienden cigarrillos. Las chicas sentadas cerca de la barra, dejan de hablar. -Estamos a 15 minutos de la medalla dorada, recalca el locutor. Los pases de Messi arrancan gritos de los fanáticos. “Vamos vamos”. “Vamos loco”.

Un movimento de Román hace enojar a uno de los fanáticos que grita contra el televisor. “No ves que es un boludo. Siempre hace lo mismo”, increpa el chico, cuando el jugador se tarda al pasar la bola. “Buonanotte. Que entre (Diego) Buonanotte”, grita de atrás el cocinero del comeyvete.
Los últimos minutos vuelan. Di María se cae. Messi “La Pulga” sale de la cancha y lo abuchean por caminar con calma. Los africanos insisten en meter un gol. Los fanáticos se agarran la cabeza. Encienden más cigarillos.

-Vamos, termínalo. Ya está, ya está loco. ¡Ya a la mierda!, grita el chico que está más pegado al televisor. El reloj está a punto de marcar el minuto 90, pero el árbitro no para.
Parece recompensar el tiempo que tardó Messi en salir de la cancha.
-Arbitro de mierda. Pará, pará. Loco. Pará. Vamos.

Y llega el minuto 90. Los aplausos se confunden con gritos y besos. 1 a 0. Argentina gana. Repite la hazaña del 2004 en Atenas. -Que sufrimiento… alguien dice aliviado desde algún punto del local. -No fue un gran partido,pero ganamos.

Diez minutos más tarde el punto más emblemático de la ciudad, el Obelisco, se atesta de fanáticos. “Ahora vamos por el bronce en básquet”, dice un reportero televisivo, que transmite en vivo desde el lugar y observa la multitud que inunda ese tramo de la Avenida Corrientes con banderas azul celeste y blanca.

miércoles, 20 de agosto de 2008

cada vez, más porteña


hoy grité despavorida con cada canasto de la selección argentina de basket en Beijing. había que ver ese partido tan cerrado entre Grecia y Argentina. que juego. que nervios. que poder.

ayer también fue la semifinal de fútbol entre Argentina y Brasil. otra vez más. un juego para la historia. 3 a 0 a favor de Argentina. y Brasil cabizbajo de camino a lucharse la medalla de bronce.
mientras Argentina se lucha la de oro frente a Nigeria este sábado de madrugada.
ya tengo planes de tirarme pa la calle a buscar un buen café para ver ese partido final. pa gritar y comerme las uñas, pa gozar desde la médula semejante emoción. y estoy pensando comprarme la camisa de la selección y gritar, como tantos argentinos, desde la silla de un café atestado de fanáticos. ja.. poco a poco, me voy volviendo más sureña, más piel de acá.. y la verdad se siente, bien. ¿cómo no? con semejantes equipos a cualquier se le infla el pecho de tanta maestría física, concentración y estrategia...

que se haga justicia

hoy también comenzó el juicio por las muertes de cromañón y los padres de las víctimas están en pura expectativa. y más al norte, en el pueblo de neunquén, decenas de familiares de desaparecidos celebraban el inicio del juicio a 8 militares acusados por crímenes ocurridos durante la dictadura. algunas de las acusaciones contra estos sujetos son asociación ilícita, privación ilegal de la libertad agravada, secuestros, torturas y desaparición forzada.

una madre de las víctimas, entrevistada por un reportero televisivo, me llamó la atención. mencionó que lleva más de 30 años esperando este juicio por la desaparición de su hija. que antes llevaba al cuello una foto de ella con el rostro triste, pero que ahora decidió cambiarla. ahora se colgó una foto en la que su hija sonríe. -ahora mi hija debe estar feliz, porque se hará justicia. he esperado 32 años por este momento. me pareció increíble la fortaleza de esa madre. su convicción a pleno, el homenaje importante a su hija, representado en una foto que cuelga a su cuello. una sonrisa que resume 32 largos años de espera. una imagen antigua en blanco y negro de una joven que confía. ojalá que esa imagen, se traduzca en sonrisas reales a todo color.

Baires, Argentina

lunes, 18 de agosto de 2008

felí


sicotes, originally uploaded by Esquinadelaiguana.

hay viajes que no tienen nada que ver con las distancias. viajes que movilizan algo que las millas o los kilómetros no marcan. te llevan a nuevos espacios, estrenas la mirada y te hacen cambiar de piel. así como las serpientes que mudan el pellejo. hoy, a 8 meses de pisar Argentina, me siento distinta. sé que he recorrido un viaje importante a lo largo de estos días. algo que tiene que ver con otra geografía más sutil que las fronteras entre países.

he mirado otras calles. he habitado 7 casas. he comido con gente desconocida y próxima. he trabajado en una barra, he dado clases, he entrevistado a personajes delirantes y rabiosos. he recibido paga, me han robado, me he enamorado, me he desenamorado, he bailado tango, samba, chacarera, reggueatón y salsa. he hecho amigos del alma, he visto otros partir. he tenido dinero, he estado en la quilla. he tomado mate, moscato, pizza y fainá. pero sobre todo, hoy me levanto a las 10:00 de la mañana y sé que tengo otra mirada.

mi cuerpo, para comenzar, es el principio de ese viaje que me recuerda todo el tiempo dónde se levanta mi primer hogar. el más importante. mi medio de transporte. he aprendido a amarlo, como ese destino en común de todos mis viajes. ese aeropuerto de emociones y encuentros. llegadas y partidas. me tomo fotos y me miro al espejo, me exploro desde la imagen que me devuelve el lente de esta canon digital. y me maravillo de la mujer en calma, en la que me estoy volviendo. observo su redondez, su flacura, sus formas graciosas y voluptuosas.

sigo con mis prisas, mis ajoros, mis ganas de correr y llegar. pero también, estoy a la espera, en observación, en contemplación de este viaje mío, pero a la vez, este viaje nuestro.

miro el pasado con nostalgia, con intriga de un plan mayor. con las ganas de atar cabos que todavía no entiendo. como una telaraña perfecta que se tejió para el momento que vivo hoy. pero. suelto. suelto. suelto la soga y dejo que el barco siga su rumbo. trato de no racionalizar tanto. fluir, sentir, confiar.

estoy feliz. siento que cada camino andado me da la información necesaria y las vivencias para emprender ahora otro viaje. como si esta primera etapa en Buenos Aires, Sao Paolo, Río de Janeiro y Colonia, hubiese sido un fogeo. una preparación a ésto que se me presenta de frente. estos primeros ocho meses en el sur, son como este número redondo, que me llevan en círculo al punto inicial.

¿cómo y para qué emprendí este viaje en diciembre del año pasado? ¿cómo perfilo los próximos meses? ¿qué me vibra? ¿cuál es mi misión mayor? pienso en proteger el agua que recorre este continente, sus bosques; en las mujeres con tanto potencial para unir, crear, trabajar; en los niños y niñas que esperan trazar una senda que cambie el destino de esta tierra; pienso en mi patria, Puerto Rico, en el mar que lo toca y lo separa de las venas abiertas de este continente silenciado, en lo mucho que nos necesitamos. y me nacen infinidad de verbos: documentar, alimentar, contar, cantar, bailar, aprender, entregar, recordar, escuchar, agradecer, construir, crear, transmitir, amar, concebir, parir, amamantar, perdonar, jugar, tocar, escribir, hablar, callar, proteger, luchar, conocer, festejar, conectar.

estoy en otro comienzo. tengo las manos listas, el plexo solar preparado. respiro con calma. abro libretas y comienzo a hacer mapas imaginarios sabiendo que tengo una fe sólida y la fuerza vital suficiente para accionar desde mi centro. superar nuevos retos. observo hacia dónde quiero ir. miro las montañas por donde voy a pasar y sé que es posible. lo que quiero es posible. esto es solo el comienzo de algo lindo. para mí, grande. estoy equipada. esta vez no camino sola por tierras lejanas. ahora mi sueño es un sueño en común. ahora hay nombres y apellidos que se han unido desde acá. piernas de hermanos y hermanas, de conocidos y panas, que también están listos para echarse a andar y trabajar. es un abrazo mirando al futuro. esta tierra me ata desde la raíz. aquí también puedo decirlo: tengo un hogar y me preocupa construirlo sólido pa los que vendrán.

18 08 08
Baires, Argentina

miércoles, 13 de agosto de 2008

El tren a Burdeos


Estacion Miguel Angel de Quevedo, originally uploaded by b3co.

De Marguerite Duras
Francesa: 1914-1996

Una vez tuve dieciséis años. A esa edad todavía tenía aspecto de niña. Era al volver de Saigón, después del amante chino, en un tren nocturno, el tren de Burdeos, hacia 1930. Yo estaba allí con mi familia, mis dos hermanos y mi madre. Creo que había dos o tres personas más en el vagón de tercera clase con ocho asientos, y también había un hombre joven enfrente mío que me miraba. Debía de tener treinta años. Debía de ser verano. Yo siempre llevaba estos vestidos claros de las colonias y los pies desnudos en unas sandalias. No tenía sueño. Este hombre me hacía preguntas sobre mi familia, y yo le contaba cómo se vivía en las colonias, las lluvias, el calor, las verandas, la diferencia con Francia, las caminatas por los bosques, y el bachillerato que iba a pasar aquel año, cosas así, de conversación habitual en un tren, cuando uno desembucha toda su historia y la de su familia. Y luego, de golpe, nos dimos cuenta de que todo el mundo dormía. Mi madre y mis hermanos se habían dormido muy deprisa tras salir de Burdeos. Yo hablaba bajo para no despertarlos. Si me hubieran oído contar las historias de la familia, me habrían prohibido hacerlo con gritos, amenazas y chillidos. Hablar así bajo, con el hombre a solas, había adormecido a los otros tres o cuatro pasajeros del vagón. Con lo cual este hombre y yo éramos los únicos que quedábamos despiertos, y de ese modo empezó todo en el mismo momento, exacta y brutalmente de una sola mirada. En aquella época, no se decía nada de estas cosas, sobre todo en tales circunstancias. De repente, no pudimos hablarnos más. No pudimos, tampoco, mirarnos más, nos quedamos sin fuerzas, fulminados. Soy yo la que dije que debíamos dormir para no estar demasiado cansados a la mañana siguiente, al llegar a París. Él estaba junto a la puerta, apagó la luz. Entre él y yo había un asiento vacío. Me estiré sobre la banqueta, doblé las piernas y cerré los ojos. Oí que abrían la puerta, salió y volvió con una manta de tren que extendió encima mío. Abrí los ojos para sonreírle y darle las gracias. Él dijo: "Por la noche, en los trenes, apagan la calefacción y de madrugada hace frío". Me quedé dormida. Me desperté por su mano dulce y cálida sobre mis piernas, las estiraba muy lentamente y trataba de subir hacia mi cuerpo. Abrí los ojos apenas. Vi que miraba a la gente del vagón, que la vigilaba, que tenía miedo. En un movimiento muy lento, avancé mi cuerpo hacia él. Puse mis pies contra él. Se los di. Él los cogió. Con los ojos cerrados seguía todos sus movimientos. Al principio eran lentos, luego empezaron a ser cada vez más retardados, contenidos hasta el final, el abandono al goce, tan difícil de soportar como si hubiera gritado.
Hubo un largo momento en que no ocurrió nada, salvo el ruido del tren. Se puso a ir más deprisa y el ruido se hizo ensordecedor. Luego, de nuevo, resultó soportable. Su mano llegó sobre mí. Era salvaje, estaba todavía caliente, tenía miedo. La guardé en la mía. Luego la solté, y la dejé hacer.
El ruido del tren volvió. La mano se retiró, se quedó lejos de mí durante un largo rato, ya no me acuerdo, debí caer dormida.
Volvió.
Acaricia el cuerpo entero y luego acaricia los senos, el vientre, las caderas, en una especie de humor, de dulzura a veces exasperada por el deseo que vuelve. Se detiene a saltos. Está sobre el sexo, temblorosa, dispuesta a morder, ardiente de nuevo. Y luego se va. Razona, sienta la cabeza, se pone amable para decir adiós a la niña. Alrededor de la mano, el ruido del tren. Alrededor del tren, la noche. El silencio de los pasillos en el ruido del tren. Las paradas que despiertan. Bajó durante la noche. En París, cuando abrí los ojos, su asiento estaba vacío.
FIN

sábado, 9 de agosto de 2008

Improcrash: para morirse de la risa

Por Mí
Para Ustedes

Conocí a Luciano, amigo de mi amiga Mariana, en un concierto en el Niceto Vega. Me cayó bien. De mirarlo, ya te daban ganas de reír. No sé, tiene esa energía divertida de la gente que habla poco, pero tiene la musiquita por dentro. Antes de irme del concierto (porque me enfermé con tanto humo) me dio su tarjeta de presentación y me habló de su trabajo en "Improcrash". La verdad es que desde ese día se me quedó fijo en la cabeza que quería verlo improvisando. Algo me decía que este tal Luciano, con sonrisa y carita de Ken, era un bárbaro. No me equivoqué.

Anoche fui a verlo al Ateneo, y no sé si lloré de tanto reírme, pero de seguro, mis risas llegaban hasta el escenario... Cómo me reí. A esta gente hay que llevarlos a Puerto Rico, definitivo. Si esta gente y Teatro Breve y el grupo de Sushine se juntan, hunden el país!!! Hay que darle casco a la idea... Esta gente es buena!!!!!

Su técnica de improvisación me encantó. A la entrada te entregan una tarjeta con diferentes géneros de improvisación: doblaje, opera, rima, Almodóvar, policial, última palabra, cámara lenta, comedia argentina, telenovela, ciencia ficción, marionetas, terror, guachesco, abecedario, Shakespeare, cuadrante de emociones, cómic, film europeo con traducción simultánea, titulares.

De todos estos géneros, una persona del público, que es escogido al azar por un perseguidor, decide cuál le gusta. Otra persona, escogida también por una luz dirigida, le pone título a la escena. Los cuatro actores, Charo López, Rodrigo Bello, Paula Farias y el propio Luciano, tienen 20 segundos para brincar al ritmo de la música y comenzar su improvisación.

El público no se queda atrás y le mete su pique a los títulos con sus respectivos géneros, como: "Me rasco el culo mientras comulgo" (abecedario); "Me cago en el trabajo que tengo" (terror); "Sol de luna" (Almodóvar); "El orangután" (cómic); "Odio a mi cuñada" (marioneta); "Amanezco desnudo en el baño" (Shakespeare); "Loco con las verduras" (cuadrante de emociones); "Virgen a los 40" (telenovela); "La tortuga asesina" (última palabra) y "El hombre de dos cabezas" (doblaje).

Improcrash vuelve en septiembre al Ateneo, en la calle Paraguay y Av. 9 julio (súper céntricos). Espero estar por Buenos Aires para volver a gozarme este show. Están pasaos.Info: http://www.improcrash.com

sábado, 2 de agosto de 2008