viernes, 25 de julio de 2008

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mandarinz', originally uploaded by ༺lifemage༻.

estos días he tenido conversaciones con forma de gota. caen. conversaciones frágiles de amigas que buscan una mano que las aguante. he puesto mi mano en forma de cuenco. una, dos, tres veces. siento que tengo la mano llena de sales brillosas. aguas saladas y dulces de mujeres que amo y que empiezo a amar, en la complicidad de la fibra. mujeres que derraman en gotas silenciosas sus búsquedas y sus sueños. hay mujeres que les duele el amor, otras que buscan nuevos caminos, nuevos continentes que recorrer. otras que aman a sus parejas, pero sus caminos internos han comenzado a secarse. nos encontramos alrededor de mesas, de papeles llenos de letras, en pantallas de computadoras que nos conectan desde distancias lejanas. siento que es un buen momento para transformar estas conversaciones en cosas, proyectos, poemas, caminos pa lante. creo que es un buen momento para hacernos sentir, con el movimiento.

camino solitaria esta noche. y las llevo conmigo en el camino. invento maneras para crear, hacer, montar, pegar, coser, cocinar, convocar, dibujar, actuar, movilizar... que buen momento, que hermosa noche.

25 julio 08

23:44 pm

Buenos Aires

domingo, 20 de julio de 2008

Minka


Minka, originally uploaded by Iscah Photo.

jueves, 17 de julio de 2008

¿Salir de la caja?


Edge of the World, originally uploaded by cindasl.
Me tomo un café y tres medialunas, hago mis apuntes en una libreta y estoy lista para comenzar mi día. Llego al ciber de todos los días. Me dan la computadora 8 y me pongo los audífonos para escuchar a Laura Pausini y Andrea Botecelli en su exitoso "Vive".
Me parece una buena canción para comenzar un jueves.Una de las bocinas del audífono no funciona. Se enciende, se apaga, se enciende, se apaga. Escucho por un oído las gargantas vibrantes de Laura y de Andrea. Si muevo la cabeza con fuerza o si aprieto levemente el cordón que conecta los audífonos a la compu, escucho perfectamente el sonido. Me doy por vencida.
Tengo mucho que hacer hoy y evito que el cable me entretenga en mis primeras gestiones del día. Recibo mensajes de amor y paz de un desconocido que me escribe por hotmail. Otro desconocido me envía un mensaje sobre solidaridad por los despidos de fotógrafos en Puerto Rico por http://www.facebook.com/. Y en mi cuenta de yahoo.com otra vez el New York Times ha llenado mi casilla de notas que nunca leo.
Que esta pantalla no me chupe
Estiro los dedos en el teclado y me enfoco. Tengo que enviar varios correos hoy, irme a tomar unas fotos para una presentación, escribir dos reseñas, completar un guión para la clase del viernes y ruego que esta pantalla no me chupe, como tantos días. Escucho varias canciones de Gotan Project en youtube.
Me canso de cambiar de pantalla cada vez que se acaba una canción en este site. Me rindo, así no hay quien se concentre.Me conecto a http://www.radiouniversidadpr.com/. Escucho música como si estuviera en casa, a 6 mil millas de Buenos Aires. A lo mejor eso también me ayuda a que el acento porteño no se me pegue. Es una batalla. Vuelvo, vuelvo al texto.
Esta rutina extraña y común, me vuela la mente. Mietras desayunaba intenté resolver tanta maraña globalizada a la que recurro todos los días y apenas me pongo a pensar. ¿Cómo sobrevivir a tanta distración sin perder mi norte? ¿Cuál es mi propósito mayor entre tanta carrera por llegar a algún sitio? Y más, ¿cómo lidiar con tantos intereses artísticos y cumplir con un fin mayor? Resuelvo la pregunta dibujando tres círculos, que se conectan desde mi microcosmos hasta el macro universal: Gaia, la gran madre. Hago apuntes.
Y escribo este manifiesto que me tranquiliza un poco:"Desde mi núcleo se integran las artes literarias, visuales, escénicas y plásticas. Mi energía creadora femenina es una fuerza vital que genera nuevas formas de conectarnos. La palabra, la fotografía, el objeto, el cuerpo y el movimiento son vehículos para completar esta experiencia humanista. Mi arte es popular y místico, es lúdico y profundo. Hago arte para crear valor. Investigo desde mi sentido crítico/mi intuición. Creo porque amo. Amo por que me hace bien y hace bien. En términos concretos me interesa ayudar a la protección del medioambiente en América Latina, sembrar alegría/risas, fomentar la justicia social, ser una de las voces de mi generación que cuente lo urgente."
Mi primera conexión humana
A una hora y 8 minutos de estar en la cabina 8 hago mi primera conexión humana en vivo y en directo. Un hombre estornuda al lado. No he visto su cara. Sólo sé que tiene ropa clara. Veo una imagen difusa que entra en el campo visual de mis ojos, mientras miro la pantalla. "Salud", le digo. "Gracias", me responde. No nos miramos. Seguimos conectados en lo nuestro. Creo que lo escucho gracias a que la bocina izquierda del audífono no se oye.
Enderezo la espalda y la bocina izquierda vuelve a funcionar. Entro nuevamente a esta caja compacta donde existo, fuera de cualquier sonido de la ciudad.Vuelvo al ejercicio matutino de mis intereses y mi propósito de vida.
Me retumban preguntas: ¿para qué? ¿cuál es el propósito de dominar las artes, conectarme con los demás, contar un cuento urgente?Para eso recurro a los maestros. Voy al pacifista japonés Daisaku Ikeda y al sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Vivimos en tiempos críticos. Las relaciones desechables nos impiden establecer comunicaciones sólidas y permanentes. La gente como cosas. La prisa, la rapidez, la comunicación excesiva y banal. Las cosas renovables y efímeras. Las leyes de mercado y las corrientes mediáticas decidiendo por nosotros. ¿Cómo contrarrestar esta ola? Vuelvo a lo básico. Opto por hacer algo. Opto por regresar a la semilla. A uno. Construir redes sociales de compromiso, arte que humanice, comunicación de corazón a corazón, desarrollar la tolerancia.
Pienso en Da Vinci. En la conexión de todas las partes con un fin común. Necesito de la visión renacentista, de la integración de las artes y las ciencias, del balance entre el ying y el yang, lo masculino y lo femenino, como es adentro es afuera, lo bueno y lo malo.
Desde mi cápsula
Me llega un correo de una amiga/colega de Puerto Rico por hotmail. Acepta una propuesta para que escriba reseñas de cafés famosos en Buenos Aires. Cerramos un negocio. Apenas son las 2:00 de la tarde y ya he completado una gestión comercial desde mi cápsula.
Irónico este momento que nos tocó vivir. Me parece contradictorio lo que acabo de escribir. Quiero crear arte que nos conecte. Y yo misma estoy inmersa en esta cultura líquida que diluye las conexiones diarias de tú a tú. Me quito los audífonos. Escribo con rapidez. Vuelvo a percibir con mis sentidos el espacio físico donde estoy. No hace frío. El aire acondicionado apenas se siente. Tengo sed.
Un chico con una camisa azul y blanca se sienta a tres computadoras de mí. Es guapo. Me da la espalda. Está serio. No hay forma de conectarnos. Acaba de entrar a su cápsula. Una chica se levanta para salir del ciber, está a mi lado. Ni la había visto. Es rubia y se mueve rápido. Escucho unas monedas que lleva en la mano y chocan contra la superficie del cubículo. Estamos solos. ¿O, no? ¿Humanizar la caja o salir de la caja? No sé. Estoy demasiado metida en esta vorágine. Estoy en el ojo del huracán. Aspiro entender.
Se sienta otro chico a mi lado. Paro de escribir y lo miro. Ni se inmuta. Está a unas 10 pulgadas de mí. Paro de mirar, no vaya a ser que se asuste. Está serio. Es guapo también. Pero el otro lo es más. Creo. No importa. No hay forma de conectar. Está lejos. Está aquí y dios me libre, si le hablo. Pero si estornuda...17 de julio de 2008Buenos Aires, Argentina

lunes, 7 de julio de 2008

Vuelve el trueque a Argentina

De La Nación

Junto con los cacerolazos, la bicicleta financiera y Los Fabulosos Cadillacs, algo más volvió en la Argentina de Cristina Kirchner: el Club del Trueque.

En rigor, esta modalidad de intercambio de bienes y servicios sin dinero de por medio nunca había desaparecido del todo, aunque después de 2002 había quedado reducida a un núcleo pequeño y estable de participantes que evitaron la masividad que envolvió al trueque durante la crisis. Pero en los últimos meses, de la mano de la aceleración de la inflación, el retorno a la pobreza de algunas franjas de la población y la incertidumbre sobre el abastecimiento de varios productos por el conflicto con el campo, comenzó a renacer el interés popular por los "nodos" , centros de intercambio donde no hacen falta billetes para adquirir desde un kilo de acelga hasta un corte de pelo o un pantalón.

En la Red Global del Trueque (RGT), el grupo que inició estas prácticas en el país en 1995, afirman que desde marzo -cuando comenzó la pelea por las retenciones- el número de consultas que reciben por teléfono y correo electrónico y las visitas a su página de Internet "se duplicaron o incluso más" respecto del año pasado.

"Son consultas de gente que quiere reorganizar el club, emprendedores, gente que en algún momento fueron anfitriones del Club del Trueque y quieren volver a serlo, porque hay como una presión para que alguien genere un escenario para hacer el trueque", dice Rubén Ravera, uno de los fundadores de la RGT.

También está creciendo la cantidad de asistentes a los clubes que ya existían. Un galpón de Isidro Casanova, en el oeste del Gran Buenos Aires, donde tiempo atrás funcionó una fábrica de muebles para oficina, es hoy la sede del Club del Trueque del partido de La Matanza. "Necesidad económica"

El año pasado llegaban a juntar hasta 200 personas, según recuerda Jorge Villar, uno de sus organizadores. "Pero ahora, los sábados superamos las 400 y a veces llegan a 500", declara. "Se duplicó la cantidad de personas porque hay mucha necesidad económica y la gente está sin trabajo", argumenta. Anteayer, el movimiento era intenso y los créditos (similares a billetes de varias denominaciones, pero siempre con la leyenda de "valor humano energético" debajo del número) circulaban de mano en mano: la vendedora de un viejo pulóver podía usarlo para comprar una docena de churros, y luego esos créditos terminaban en manos del hombre que ofrecía apliques eléctricos, que quizá juntaba para volver a su casa con un champú y un litro de aceite.

Juan Carrizo tenía una fábrica en Villa Martelli de ollas y artículos de cocina que tuvo que cerrar a fines de los 90. Ahora aprovecha para trocar la mercadería remanente en este galpón con paredes en las que resaltan los rostros pintados de Perón y Evita y algún afiche medio descascarado de Jorge Macri.

"Esta cacerola afuera cuesta 60 pesos, pero acá la vendo a 1100 créditos", cuenta Juan. Un peso se cotiza allí adentro a 30 créditos. "Pero con esos créditos, lo que compro acá no lo puedo comprar con los 37 pesos [que equivalen a los 1100 créditos]. Yo después compro acá azúcar, yerba, fideos, todo lo que me hace falta."

A pocos metros, Elba Chévez despliega algunas prendas usadas sobre otro caballete formado por una tabla apoyada sobre neumáticos viejos. "El sábado para mí es una gloria. Vengo al trueque, vendo mi ropa, y me puedo comprar todo lo que no puedo durante la semana. Llevo ropa para mis nietos y también comestibles. Ya ni sé cuánto cuesta el azúcar en el súper", dice.

Entre las mesas se puede encontrar de todo: verduras, libros, bijouterie, zapatos, CD y DVD usados, cotillón, medicamentos, disfraces para chicos, cosméticos y hasta un disco rígido de computadora. "Cada vez viene más gente, porque afuera aumenta tanto la mercadería que es imposible comprarla con plata", dice Inés, una de las coordinadoras del lugar.

Fernando Sampayo, uno de los coordinadores de la Red del Trueque Zona Oeste, sostiene: "Siempre que hay crisis, se incrementa el trueque", y pone algunos ejemplos de nodos en que el año pasado se juntaban unas 100 personas y hoy es común ver más de 150. "Es que el trueque es el shopping de los pobres", agrega.

En Lanús, en el sur del conurbano bonaerense, funciona desde hace medio año un club del trueque que se reunía en El Palenque, un antiguo boliche chamamecero, pero que este mes entró en receso con la idea de conseguir una sede más grande. En su corta vida, ya reunió unas 200 personas, y sus organizadores comenzaron una etapa de reclutamiento basándose en los viejos registros que tenían de la época del auge de este sistema. Las primeras reacciones les auguran que en el retorno tendrán todavía más asistentes.

"Visitamos a la persona; vemos si está en el ámbito laboral formal o no, y, si no, le explicamos por qué debería pertenecer a la red. También le contamos las modificaciones que podemos adoptar para que no vuelva a suceder lo que pasó la otra vez", dice Walter Ramírez, un instructor docente de Rafael Calzada, en referencia a los fraudes que surgieron con la masificación del trueque en 2002 (ver aparte). Rubros ampliados

Otro aspecto que ha sido reelaborado es la relación del participante del trueque con el producto que ofrece. "No queremos que esta vez se convierta en un intercambio de ropa usada", dice Ramírez. El concepto central es el del "prosumidor", el consumidor que también produce.
"Cuando el trueque estuvo en su mejor momento, el quiebre fue que no se guardó la cultura del trabajo", señala el hombre de Rafael Calzada.

Aparecen también iniciativas que escapan a las redes tradicionales del trueque. La directora ejecutiva de Cáritas La Plata, Graciela Ferrara, cuenta el caso de Beatriz Ramírez, viuda, con 9 hijos y 29 nietos, que hace un par de meses invitó a sus vecinas a intercambiar alimentos y desde entonces se juntan todos los domingos.

"No cuentan con muchos recursos económicos y son familias muy numerosas. Con lo poco que tienen, y por la suba de precios y la escasez de algunos productos, ellos dijeron: «Reunámonos», y terminaron yendo el primer día más de 30 familias. Hasta los niños intercambiaron bolitas por figuritas", dice Ferrara.

Ramírez afirma que "la crisis producida en los últimos 100 días fue el impulso final para salir a reflotar el trueque, porque afecta más al consumidor de abajo". Y añade: "La recesión encubierta provoca que la gente necesite más de los alimentos que consigue en el trueque. Como el alimento está caro, el que produce puerros puede ahora cambiarlos por los huevos que produce el que tiene una gallina".

Por Oliver Galak De la Redacción de LA NACION Más chicos, contra la falsificación
Mucha gente tiene todavía vivo el recuerdo de la debacle de los clubes del trueque, cuando fueron inundados por falsificaciones de los créditos, sufrieron de inflación interna y hasta se registraron robos. Una de las ideas que manejan en la sede de Lanús es reemplazar los créditos con fichas, que no puedan ser falsificadas. Según cuenta Rubén Ravera, la nueva tendencia es que los clubes sean más chicos, "a escala humana", para evitar las estafas de quienes se amparan en el anonimato. "Nadie quiere organizar clubes grandes por temor al boicot", afirma. En el pasado hubo nodos que llegaron a juntar entre 10.000 y 20.000 personas.

cosas que ocurren en la oscuridad




La obra, "La isla desierta" de Roberto Arlt y la dirección de José Menchaca, es algo distinto. Entras al teatro a oscuras, agarrado del hombro de la persona de alfrente. Y caminas en fila, hasta la silla que te asignan. No ves nada hasta que se acaba la obra, porque la experiencia es "quedarse ciego" mientras dure la pieza y sentir, de alguna manera, lo que viven millones de personas en su ceguera.

Pues bien. Estando ahí, lista para que comience la obra, conocí a Luis Cruz. Un simpático hombre de edad media que se presentó en la oscuridad mientras iban sentando el público que entraba de cinco en cinco agarraditos como niños y riéndose a carcajadas.

Luis me comenzó a hablar tan pronto me senté a su lado. Me había escuchado hablar de cine con una pareja, mientras esperábamos por entrar al teatro. Una vez me senté continuó la charla que había comenzado afuera, como si completara un pensamiento en mi cabeza. Luis es crítico de cine y también locutor de un programa llamado "Sin nomenklaturas". Fue al grano. Me preguntó de mis estudios de cine en la ENERC y en menos de 10 minutos, ya estábamos hablando del tema ambiental, de mis trabajos en Puerto Rico con una comunidad de ciegos y por nuestra gran pasión por el séptimo arte. Allí mismo, en la oscuridad, me invitó a su programa radial y me habló de Alicia Zarate, escultora y activista, que hace investigaciones sobre el agua.

Era cómico y extraño a la vez. En medio de esa oscuridad encontré una persona que compartía mis objetivos en esta ciudad. Tanto caminar por Buenos Aires, leer, llamar, buscar a gente con una "visión" similar y fue allí, justamente en "un encuentro a ciegas" dónde conecté con una persona en la misma vibra.

La obra comenzó pronto. Y la conversación, obviamente acabó. Cuando encendieron las luces estaba feliz por dos razones: por experimentar un teatro ciego, similar al que hicimos en Puerto Rico con "Aventuras a ciegas" y por ser testigo de las cosas que ocurren en la oscuridad.

En tres miércoles estaré en el programa de Luis y ya Alicia y yo estamos en contacto.... Metafórico el encuentro. ¿Será que tenemos que sentarnos en la oscuridad, sin miedo y muertos de la risa, para darnos cuenta que ahí pueden comenzar cosas? ... Hay que ver...

Buenos Aires, 7 de julio de 2008

sábado, 5 de julio de 2008

sí.....algo pa reír......


Funny Pictures, originally uploaded by nguyencuong107.

por favor...salgo,salgo del drama.....


funny feet, originally uploaded by Kewbride.