5:53 p.m.
6 de mayo 2010
Buenos Aires, Argentina-Algo tiene esta ciudad que me inspira a crear. No sé definir muy bien lo que es. Pero tan pronto llego, me urge hacer, pintar, actuar, escribir. Todo me lleva al proceso interno de la magia. Y no es porque sea una ciudad fácil. Mucho menos sencilla. Pero algo tiene, que me da piquiña en el puño y me activa el ojo.
Lo primero que me viene a la mente es que Buenos Aires es una ciudad peatonal, donde la gente se encuentra y habla. Nada más maravilloso que la conversación y el roce de cuerpos para comenzar historias. Aquí, te guste o no, la proximidad del otro y de la otra, te llevan a reflexionar en todo esto del espacio común: a pedir permiso, a escuchar, a tolerar, a estar alerta.
En Puerto Rico, la cultura del carro nos ha hecho mucho daño. En el carro inventamos un universo individual que posiblemente nos ha vuelto más huraños y egoístas. Y no digo que las sociedades más peatonales sean más armoniosas, porque hay que ver el caos que se forma en el subte de Buenos Aires en las horas pico. Pero el hecho de tener que compartir un espacio vital, nos quita un poco esa `burbuja´de invidualidad que nos ensimisma.
Acabo de llegar a Argentina y vuelvo a repasar las emociones que sentí en Buenos Aires hace un año y medio. Apenas comienzo a reconocer avenidas y calles. El lío por la falta de monedas para tomar una guagua. Esas hojas amarillas del otoño y los callejones y negocios, que poco a poco, me recuerdan episodios que ya viví. Eso me deslumbra. Tan pronto vi el cartel de la Avenida La Plata, supe que estaba cerca del barrio donde viví 5 meses. Y aquí llegué caminando sin usar la famosa Guía T. Recordé el día que bajé en bici y sin frenos, por esta misma avenida para visitar un amor, que me esperaba en un apartamentito de por acá. Cómo olvidar la Avenida La Plata. :)
Ahora, me toca caminar esas callecitas más escondidas y sorpresivas de las emociones, de los viejos amigos, de las pasiones cultivadas y ver, dónde quedó todo. Cómo quedó y hacia dónde se mueve todo aquello que te hizo vibrar... Y.. y la distancia, que intenta borrar.. Y.. el tiempo, que ayuda a sepultar. Pero ya veo, que este viaje tendrá muchas capas, que acaba de comenzar en las calles y se irá abriendo, poco a poco, por cualquier otro lugar.
En Buenos Aires, de vuelta y lista para volverme a enamorar.
@Uspallata, Pompeya
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