jueves, 17 de julio de 2008

¿Salir de la caja?


Edge of the World, originally uploaded by cindasl.
Me tomo un café y tres medialunas, hago mis apuntes en una libreta y estoy lista para comenzar mi día. Llego al ciber de todos los días. Me dan la computadora 8 y me pongo los audífonos para escuchar a Laura Pausini y Andrea Botecelli en su exitoso "Vive".
Me parece una buena canción para comenzar un jueves.Una de las bocinas del audífono no funciona. Se enciende, se apaga, se enciende, se apaga. Escucho por un oído las gargantas vibrantes de Laura y de Andrea. Si muevo la cabeza con fuerza o si aprieto levemente el cordón que conecta los audífonos a la compu, escucho perfectamente el sonido. Me doy por vencida.
Tengo mucho que hacer hoy y evito que el cable me entretenga en mis primeras gestiones del día. Recibo mensajes de amor y paz de un desconocido que me escribe por hotmail. Otro desconocido me envía un mensaje sobre solidaridad por los despidos de fotógrafos en Puerto Rico por http://www.facebook.com/. Y en mi cuenta de yahoo.com otra vez el New York Times ha llenado mi casilla de notas que nunca leo.
Que esta pantalla no me chupe
Estiro los dedos en el teclado y me enfoco. Tengo que enviar varios correos hoy, irme a tomar unas fotos para una presentación, escribir dos reseñas, completar un guión para la clase del viernes y ruego que esta pantalla no me chupe, como tantos días. Escucho varias canciones de Gotan Project en youtube.
Me canso de cambiar de pantalla cada vez que se acaba una canción en este site. Me rindo, así no hay quien se concentre.Me conecto a http://www.radiouniversidadpr.com/. Escucho música como si estuviera en casa, a 6 mil millas de Buenos Aires. A lo mejor eso también me ayuda a que el acento porteño no se me pegue. Es una batalla. Vuelvo, vuelvo al texto.
Esta rutina extraña y común, me vuela la mente. Mietras desayunaba intenté resolver tanta maraña globalizada a la que recurro todos los días y apenas me pongo a pensar. ¿Cómo sobrevivir a tanta distración sin perder mi norte? ¿Cuál es mi propósito mayor entre tanta carrera por llegar a algún sitio? Y más, ¿cómo lidiar con tantos intereses artísticos y cumplir con un fin mayor? Resuelvo la pregunta dibujando tres círculos, que se conectan desde mi microcosmos hasta el macro universal: Gaia, la gran madre. Hago apuntes.
Y escribo este manifiesto que me tranquiliza un poco:"Desde mi núcleo se integran las artes literarias, visuales, escénicas y plásticas. Mi energía creadora femenina es una fuerza vital que genera nuevas formas de conectarnos. La palabra, la fotografía, el objeto, el cuerpo y el movimiento son vehículos para completar esta experiencia humanista. Mi arte es popular y místico, es lúdico y profundo. Hago arte para crear valor. Investigo desde mi sentido crítico/mi intuición. Creo porque amo. Amo por que me hace bien y hace bien. En términos concretos me interesa ayudar a la protección del medioambiente en América Latina, sembrar alegría/risas, fomentar la justicia social, ser una de las voces de mi generación que cuente lo urgente."
Mi primera conexión humana
A una hora y 8 minutos de estar en la cabina 8 hago mi primera conexión humana en vivo y en directo. Un hombre estornuda al lado. No he visto su cara. Sólo sé que tiene ropa clara. Veo una imagen difusa que entra en el campo visual de mis ojos, mientras miro la pantalla. "Salud", le digo. "Gracias", me responde. No nos miramos. Seguimos conectados en lo nuestro. Creo que lo escucho gracias a que la bocina izquierda del audífono no se oye.
Enderezo la espalda y la bocina izquierda vuelve a funcionar. Entro nuevamente a esta caja compacta donde existo, fuera de cualquier sonido de la ciudad.Vuelvo al ejercicio matutino de mis intereses y mi propósito de vida.
Me retumban preguntas: ¿para qué? ¿cuál es el propósito de dominar las artes, conectarme con los demás, contar un cuento urgente?Para eso recurro a los maestros. Voy al pacifista japonés Daisaku Ikeda y al sociólogo polaco Zygmunt Bauman. Vivimos en tiempos críticos. Las relaciones desechables nos impiden establecer comunicaciones sólidas y permanentes. La gente como cosas. La prisa, la rapidez, la comunicación excesiva y banal. Las cosas renovables y efímeras. Las leyes de mercado y las corrientes mediáticas decidiendo por nosotros. ¿Cómo contrarrestar esta ola? Vuelvo a lo básico. Opto por hacer algo. Opto por regresar a la semilla. A uno. Construir redes sociales de compromiso, arte que humanice, comunicación de corazón a corazón, desarrollar la tolerancia.
Pienso en Da Vinci. En la conexión de todas las partes con un fin común. Necesito de la visión renacentista, de la integración de las artes y las ciencias, del balance entre el ying y el yang, lo masculino y lo femenino, como es adentro es afuera, lo bueno y lo malo.
Desde mi cápsula
Me llega un correo de una amiga/colega de Puerto Rico por hotmail. Acepta una propuesta para que escriba reseñas de cafés famosos en Buenos Aires. Cerramos un negocio. Apenas son las 2:00 de la tarde y ya he completado una gestión comercial desde mi cápsula.
Irónico este momento que nos tocó vivir. Me parece contradictorio lo que acabo de escribir. Quiero crear arte que nos conecte. Y yo misma estoy inmersa en esta cultura líquida que diluye las conexiones diarias de tú a tú. Me quito los audífonos. Escribo con rapidez. Vuelvo a percibir con mis sentidos el espacio físico donde estoy. No hace frío. El aire acondicionado apenas se siente. Tengo sed.
Un chico con una camisa azul y blanca se sienta a tres computadoras de mí. Es guapo. Me da la espalda. Está serio. No hay forma de conectarnos. Acaba de entrar a su cápsula. Una chica se levanta para salir del ciber, está a mi lado. Ni la había visto. Es rubia y se mueve rápido. Escucho unas monedas que lleva en la mano y chocan contra la superficie del cubículo. Estamos solos. ¿O, no? ¿Humanizar la caja o salir de la caja? No sé. Estoy demasiado metida en esta vorágine. Estoy en el ojo del huracán. Aspiro entender.
Se sienta otro chico a mi lado. Paro de escribir y lo miro. Ni se inmuta. Está a unas 10 pulgadas de mí. Paro de mirar, no vaya a ser que se asuste. Está serio. Es guapo también. Pero el otro lo es más. Creo. No importa. No hay forma de conectar. Está lejos. Está aquí y dios me libre, si le hablo. Pero si estornuda...17 de julio de 2008Buenos Aires, Argentina

No hay comentarios: