domingo, 2 de marzo de 2008

el lunar


el lunar, originally uploaded by Esquinadelaiguana.

El bloqueo a la hora de escribir es uno de los traumas más mencionados en talleres de escritura, cuando alguien dice que no sabe o no puede expresar por escrito, todo lo que le nace por dentro.

Das vueltas, te pones a hablar por teléfono, organizas cajas llenas de papeles que llevas tiempo procastinando, pero no hay dios que te ponga a escribir. Sigues dando vueltas o mojoneas a full, por tal de no escribir lo que te toca.

Aunque sé muchas técnicas, serias y ridículas, para ponerse a escribir, a veces, yo misma me quedo atrapada en mil musarañas mentales que me paralizan... Todas, hasta que nació mi hermoso lunar.

El puntito negro puede aparecer, en cualquiera de de los contornos superiores de mi boca, a la hora del bloqueo más espectacular, por no decir, el bloqueo más cab^%$*&.

Puede venir acompañado de algún peinado fabuloso, turbante, sombrero coqueto, eyeliner marrón, verde o azul, sombras platinadas y un lápiz labial seductor.

El lunar aparece y el estrés por entregar el trabajo, pasa a segundo plano. Entonces, soy La Lola, La Mariglory o simplemente la chica del lunar. No sé qué me da ese puntito negro sobre la boca, que me pone a escribir, casi con rabia, y me hace terminar los trabajos más rápido de la cuenta. Obviamente, tengo que confesar que fue mi amigo Chascas, colega de las letras y maestro de guiones, quien me dio la maravillosa idea de pintarme el lunarcito cada vez que la escritura se ponía pesada.

La semana pasada lo usé y debo admitir, que a la hora de terminar dos notas, me miré al espejo y no me quedaba nada, sólo una manchita marrón que parecía un bigote a medio estar.

Lo tengo pensado, pero todavía no me animo. Si mucha gente se hace tatuajes en la espalda o en el mollero, para jurarle amor eterno a alguna pareja, tal vez sea válido, pintarme mi lunar como un tatuaje fijo cerca de la boca por tal de entregar todas mis historias a tiempo. Quién sabe, tal vez si me lo pinto, entonces, me acostumbro a él y tendría que hacer otro truquito para engañar al subconsciente. Y no sería tan sexy pintarme un bigote para escribir. Tendría que probar.

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