Cuando lo invisible se manifiesta

El email me llegó de la nada. A mitad de semana y justo cuando me instalaba en mi nuevo apartamento con Eugenia. Todo fue rápido. Casa nueva, trabajo en el Café Francés y el email de la Escuela de Cine y Fotografía. Ofrecían una beca en guiones, con énfasis en teatro y cine, de manera gratuita. Solicitaban un ejercicio creativo y el Curriculum Vitae. Con una monga que no me dejaba respirar bien, me levanté de madrugada el viernes pasado, escribí la escena que me pedían, basada en un cuento de Edgar Allan Poe y antes de las 3:00 pm estaba en la puerta de la Escuela de Cine y Fotografía. Quedaba a solo cuatro cuadras de la primera casa donde viví cuando llegué a Baires. En el mismo centro de la ciudad. Me perdí de camino al sitio, como tantas veces aquí y seguía repitiendo el mantra "Nam miojo rengue kio" hasta llegar a su puerta. Subí corriendo al segundo piso y allí me atendió Brenda. La misma chica que llevaba más de 5 meses enviándome correos electrónicos sobre todas las actividades de cine en la escuela. Era tal como me la imaginé, simpática, ágil y buena onda.

Llené todos los papeles para la beca y cuando comencé a bajar las escaleras para irme a almorzar algo, tuve que virar para tomarme esta foto. Tenía que darle cara al sueño. Vine a Buenos Aires a escribir mi largometraje y Brenda era la primera persona, en carne y hueso, que me acercaba a eso. Casi no se deja tomar la foto. Y le pedí el favor. Esta fue la segunda foto. En la primera, supuestamente Brenda quedó fea. No le gustó como le salió el pelo... (jijiji).... Esta fue mi forma de dejar en evidencia, (mi prueba real), de que caminé hasta mi sueño y completé mi parte. Ahora espero confiada que el Universo me responda con un GRAN SI.. y comience en unos días mis estudios en técnicas de guiones en una de las escuelas de cine que soñé visitar en julio pasado.

NMRK

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