jueves, 31 de enero de 2008

Tres jinetes sin cabeza



"Tres muertos cabalgan hasta un monte. Están parados sin rostro ni extremidades, en la falda de una montaña. Es de día. Solo llevan la ropa puesta, con camisas de mangas largas, pantalones a los tobillos y mucha tierra sobre los hombros. Unos caníbales o indígenas terribles los mataron, pero ellos siguen su rumbo sobre caballos inteligentes. Es un camino peligroso. Llegan hasta el lugar, pero no pueden pasar. Buscan algo.

Tati y yo nos escondemos en la montaña, que parece de piedra volcánica. Hay vegetación inhóspita. Tres piedras enormes les impiden subir. Parece que nos sienten, pero tenemos "walkies talkies" para comunicarnos en la distancia.

Tati mira desde arriba cualquier movimiento sospechoso. Y yo le contesto con alguna estrategia para salvarnos y salir de allí. Ellos no saben dónde estamos y eso es una ventaja. Siento que esa tierra tiene rutas viejas, por donde caminaron caravanas de bandidos, comiendo, matando, robando a diestra y siniestra. Es una tierra sin orden. Aquí se salva el más astuto.

Haberme traído estos 'walkies talkies' fue la mejor idea. Casi, los manejamos, con la misma agilidad que los chamacos en los puntos de droga. Nos comunicamos rápido y podemos saber cuándo alguien entra sin permiso a nuestro territorio. Moverse rápido, sin perder tiempo, es parte de la sobrevivencia.

Estos jinetes fantasmales parecen un espejismo, como las imágenes borrosas que aparecen unos segundos antes de perder la razón en el desierto. Pero reconozco que la única ventaja la tenemos nosotras. Estamos comunicadas y atentas. Esa será nuestra única salida. Siento un poco de ansiedad, pero no mucha. Lo que me mueve es la emoción de conocer mis capacidades.

Esto es un terreno hermoso y lleno de trampas. Se me parece a la escenas de la película "El Topo", en donde cada escenario era una prueba para el jinete solitario. Detrás de cada personaje o figura mitológica, hay un mensaje escondido.

Siento la presencia de mami. Es como si estuviera aquí, aunque no la vea. Siento su amor, sus oraciones constantes. Es como si su imagen amorosa me dijera tantas cosas. Es más, todo el paisaje trae palabras suyas, el camino, los jinetes, las presencias invisibles. Mami me acompaña y su amor me da tranquilidad. Su sabiduría me mantiene en lo alto".

* Primer sueño en Argentina
Al otro día de llegar de Puerto Rico

19 de diciembre de 2007

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